La cama
No hay un mueble más versátil que la cama, nada más confortable que una cama calentita, un útero artificial donde arroparse y moverse protegido de las agresiones diarias, nada más excitante que ese campo de batalla sexual pequeño por antonomásia (todo el mundo acabamos en el suelo siempre muertos de risa en más de un momento dado); la cama es el sitio donde se tramitan nuestros sueños de futuro, la cama es el lugar donde tomamos las fuerzas para realizarlos, pero la cama también es el lugar hacia donde nos dirigimos por rutina a acostarnos junto a alguien al que no queremos, la cama es el lugar de nuestras pesadillas, donde abrimos los ojos y vemos el vacío, la cama es el lugar donde pasamos frio, y nos levantamos y ponemos otra manta y seguimos con frio, el lugar donde nos acurrucamos y por mucho que extendamos el brazo no encontraremos ese cuerpo amigo, la cama es el lugar donde los dolores nos asaltan y esperamos, a veces, vanamente que alguien nos socorra, la cama es la soledad más inmensa, porque la cama como la mesa han sido hechas para ser compartidas.