Working around
Working around
Sucede que me canso de ser trabajador.
Sucede que entro en la fábrica, en la oficina,
cansado, inapetente, como un pato de nylon
navegando en una café con leche y azucar.
El olor de sudor me hace pegar gritos
Sólo quiero un descanso en Benidorm o torrevieja
Sólo quiero no ver más informes ni cartas,
ni formularios, ni mandatarios ni ordenadores.
Sucede que me canso del boli y del excel
y mi jefe, mi sombra.
Sucede que me canso de ser currela.
Sin embargo, sería delicioso
acostarme con la chica que me pone un cortado
o dar muerte a mi jefe con un golpe de quijada
Sería bello ver la tele a las 11
y cambiando de canal sin ser despedido
No quiero seguir siendo oficinista en esta empresa
«bacilante», encogido, bostezando de frío,
hacia abajo, en las tapas resecas de la cafetería
rellenando y rellenando, trabajando cada día.
No quiero para mi tantas desgracias.
No quiero continuar con raices y cuadrados
de subalterno solo, de oficinista con horas
infinitas, muriéndome de asco.
Por eso el día lunes arde como mi cigarro
cuando me ve llegar con mi cara de muermo
y se aburre en su transcurso como una hora infinita
y da pasos lentos y embarrados hacia la noche.
Y me empuja a ciertos jueguitos, a ciertos solitarios
A programas donde las palabras salen por la ventana
a ciertas páginas con olor a típex
a blogs espantosos de adolescentes.
Hay pájaros de color de nomeolvides y horribles olores
saliendo de los despachos que odio
hay dentaduras olvidadas en la cafetería
no hay espejos
que debieran haber bostezado de aburrimiento y hastío
Hay corbatas en todas partes, y celo y bocadillos.
Yo trabajo con calma, con relax, de etiqueta,
con sueño, sin sueños.
Paso, cruzo despachos y máquinas de café
y ordenadores donde hay ratones que a veces dan calambre.
Mis documentos, accesorios y menú inicio que ejecutan
lentos programas cutres.