La taxista con cara de lista
Había una taxista con cara de lista, que jamás tomó partido por ningún partido.
«El partido de la izquierda esto, el partido de la derecha aquello, el partido del medio bla, bla bla bla, bla ble bli, ble bli blo, bli blo blu»
Un día, un cliente, partido de risa, le metió prisa: «Y si tanto sabe como hacerlo, ¿Porqué no nos permite verlo?» ¿No se cansa de arreglar el mundo desde aquí?.
Cuando paró con mucho tino en el destino y el cliente atrevido hubo partido, la altiva taxista, como pensativa artista, realizó unas llamadas en las que no dijo bobadas.
Al día siguiente el mundo estaba arreglado.
Esta historia es verdadera, pero aun no ha sucedido.